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21 septiembre 2009

¡ESCáNDALO !

¿Está el western compatible con la ecología urbana? Miercoles 8 de julio. La policía republicana echa plomo de goma a la cara de habitantes de Montreuil , Departamento 93, Francia, que están expresando su ira frente a la Clínica [nombre de la ocupación desalojada en la mañana] . La persona más gravemente alcanzada que resultó herida con un ojo vaciado, no es ni siquiera joven, ni tampoco moreno, ni “invasor”, ni inmigrante clandestino. A pesar de la constante impunidad policial, el poder municipal no tuvo otra opción que fijar posición ante el gatillo fácil. ¡Denunciaron el escándalo! Todo el mundo se asustó aquella noche. Y todo el mundo se asombró, estupefacto de que los pacos hayan tan ostensiblemente querido herir, hasta matar. Nadie vio realmente allí la banalidad de la violencia policial. Lo que sucedió este 8 de julio tiene claramente que ver con la demostración de fuerza, de desmesura, del acontecimiento: una sobreafirmación del poder policial en la gestión de la ciudad. La acción de la policía se refiere al mismo tiempo a lo cotidiano y lo acontecer. La policía, antes « guardianes de la paz », hoy « civiles musculosos », hace la guerra a todos los indeseables: jóvenes, morenitos, indigentes, tomados y otros “parásitos”. Cotidianamente, la BAC (Brigada anti-criminalidad) acosa a los habitantes de los barrios populares: controles de identidad a la fuerza, persecuciones desenfrenadas, o solamente una cachetada, así, gratuitamente. Pero a veces la demostración de fuerza se vuelve más espectacular, apoyada por un despliegue de tropas desproporcionado: mezcla de terror cotidiana y actuar militar. Una policía de “western”: la violencia legal pura, con carta blanca del Estado, alternando con la ley de las armas de algunos “sheriffs” y expediciones punitivas. Con la cuerda de fastidiosos (para el poder) quienes frecuentaban la Clínica, la policía tendía a jugar a la contención blanda, la placidez frente a la hostilidad. El 8 de julio pudieron destaparse, desatarse y disparar indiscriminadamente. Los pacos demostraron que ya estaban de vuelta, que mandaban ellos de nuevo. “Tenemos tomado la calle” dijeron los policías esta misma noche después de haber arremetido contra una concentración en el marco de la auto-defensa social. Administrado por el partido de la Izquierda descompuesta, Montreuil representa hoy en día un verdadero laboratorio de gestión urbana. Ahora bien, esta ecología urbana busca la cohabitación entre diferentes poblaciones [ricos y pobres, inmigrantes y franceses], la limpieza y la buena convivencia ciudadana, o sea, la buena gestión de paz. Las calles tienen que estar limpias y seguras, hay que botar los « sin rumbo », los indeseables, los cargosos, pero discretamente, en toda invisibilidad. La ecología urbana quiere una ciudad donde los conflictos estén manejados, gestionados pacíficamente. Por eso necesitan a su policía azul, la llamada policía “de proximidad”, republicana, la que se ve discreta, que no favorece las tensiones y trata tener buenas relaciones con los vecinos. La ecología urbana parece pues teóricamente poco compatible con el « western » haciendo su “show”. Igual, la policía republicana no puede sustentar su desmesura diariamente, incluso con fusiles de “letalidad atenuada” que les permite satisfacer sus deseos de joder a los “forajidos” sin matar sistemáticamente. De aterrorizar dejando la vida salva. Nunca sabremos de donde vino la orden y porqué dispararon a las cabezas aquella noche. No importa. El asunto no es éste. Ni tampoco descansa en las eternas alternativas infernales que vuelven a surgir cuando estamos débiles: izquierda demócrata o insurgencialismo sin contenido, prohibición de los flashballs o desaparición de la policía, trámites institucionales o enfrentamientos directos con los “sheriffs”. Se tratará más bien preguntarse como partir de este escándalo para derrotar a la policía en la ocupación creciente de nuestras calles. Dar a ver como escandalosa, insoportable, la acción cotidiana de la policía. De todas las policías… No basta con decirlo… Comunicado no firmado. Traduccion: M. Ivanovic Nota de la traductora: El uso de armas no letales es una práctica relativamente recién en Francia, que emerge de la voluntad política de optar por una represión invisible y por lo tanto más aceptable por la “opinión pública” en un clima de fijación sobre el “hecho insecuritario”. Sin embargo, no olvidaremos los muertos, las victimas reales de este último periodo vacacional fúnebre: Ali en Argenteuil, Rabah en Delle, Mohammed en Firminy, Jason en Louviers, Yacou en Bagnolet. Sin olvidar tampoco a los compas en las cárceles de Francia, mutilados, torturados diariamente. Y un agradecimiento militante a los compañeros del colectivo y periódico “Résistons Ensemble” [Resistamos juntos] por su trabajo constante a favor de las victimas de todos los crímenes sucios e invisibles del Estado.